Cómo tomar Ácido acetilsalicílico y posibles efectos secundarios

El ácido acetilsalicílico, comúnmente conocido como aspirina, es un medicamento utilizado como analgésico (alivia el dolor), antipirético (reduce la fiebre) y antiinflamatorio (reduce la inflamación). Actualmente su uso está más enfocado en la prevención de eventos isquémicos coronarios o cerebrovasculares.

En este artículo hablaremos de sus indicaciones y usos, cómo tomarlo correctamente, los posibles efectos secundarios e interacciones con otros medicamentos.

Composición y administración

Este fármaco está compuesto por ácido acetilsalicílico y la forma farmacéutica es comprimido gastrorresistente.

Los comprimidos deben tomarse por vía oral con agua y preferiblemente antes de las comidas. Son comprimidos gastrorresistentes, por lo que no deben triturarse ni masticarse, para asegurar que se liberan en el intestino y no en el estómago.

Para qué se toma el ácido acetilsalicílico

Actualmente el ácido acetilsalicílico se utiliza para profilaxis secundaria tras un evento isquémico coronario o cerebrovascular de infarto de miocardio, angina estable o angina inestable, angioplastia coronaria, accidente cerebrovascular no hemorrágico y reducción de la oclusión del injerto después de un bypass coronario.

Pertenece al grupo farmacoterapéutico de los inhibidores de la agregación plaquetaria y de los antiinflamatorios no esteroideos.

Contraindicaciones del ácido acetilsalicílico

  • Alergia al ácido acetilsalicílico o a otros salicilatos, antiinflamatorios no esteroides o a la tartrazina.
  • Asma
  • Úlcera gastroduodenal
  • Antecedentes de hemorragia gástrica o perforación tras el tratamiento con ácido acetilsalicílico o antiinflamatorios no esteroideos.
  • Enfermedades que provoquen trastornos de la coagulación, como la hemofilia o hipoprotrombinemia.
  • Insuficiencia renal grave o insuficiencia hepática grave.
  • Tratamiento con metotrexato
  • Personas con pólipos nasales asociados a asma que sean agravados con el ácido acetilsalicílico.
  • Niños menores de 16 años con fiebre, gripe o varicela, ya que se ha asociado el uso de ácido acetilsalicílico en estos casos con Síndrome de Reye.
  • Tercer trimestre de embarazo.

Precauciones

Debe utilizarse con precaución en caso de alergia a otros fármacos analgésicos y antiinflamatorios y antirreumáticos.

Por su efecto antiagregante plaquetario, debe evitar tomarse el ácido acetilsalicílico antes o después de una extracción dental o intervención quirúrgica.

El tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos se asocia con hemorragia, ulceración y perforación del tramo digestivo alto. El riesgo aumenta con la dosis, la edad y personas con antecedentes de úlceras gástricas.

Debe utilizarse con precaución en caso de tratamiento concomitante con anticoagulantes orales y a medida de lo posible, debe evitarse el tratamiento concomitante con fármacos que pueden aumentar el riesgo de hemorragias, como los corticoides, antiinflamatorios no esteroideos, antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina, antiagregantes plaquetarios y anticoagulantes.

El ibuprofeno puede interferir con el efecto inhibidor sobre la agregación plaquetaria.

El ácido acetilsalicílico puede producir broncoespasmo e inducir ataques asmáticos. El riesgo aumenta en personas ya diagnósticas de asma, fiebre del heno, pólipos nasales o insuficiencia respiratoria crónica.

Debe utilizarse con precaución en caso de insuficiencia renal o personas con deterioro de la circulación cardiovascular (enfermedad vascular renal, insuficiencia cardíaca congestiva, cirugía mayor, sepsis o hemorragias.

En personas con déficit de glucosa-6-fosfato deshidrogenasa, el ácido acetilsalicílico puede producir hemólisis o anemia hemolítica.

Deberá administrarse con precaución en caso de deterioro de la función hepática, hipersensibilidad a otros antiinflamatorios o antirreumáticos, urticaria, rinitis e hipertensión arterial.

El ácido acetilsalicílico reduce la excreción de ácido úrico, lo que podría desencadenar ataques de gota.

Efectos secundarios del ácido acetilsalicílico

  • Úlcera gástrica
  • Úlcera duodenal
  • Hemorragia gastrointestinal
  • Dolor abdominal
  • Dispepsia
  • Náuseas y vómitos
  • Espasmo bronquial paroxístico
  • Disnea grave
  • Rinitis
  • Congestión nasal
  • Urticaria
  • Angioedema
  • Hipoprotrombinemia
  • Síndrome de Reye
  • Hepatitis
  • Hemólisis
  • Anemia hemolítica
  • Insuficiencia renal
  • Cefalea
  • Mareos
  • Confusión
  • Tinnitus
  • Sordera
  • Nefritis intersticial aguda

Interacciones medicamentosas

Los antiinflamatorios no esteroideos disminuyen la secreción tubular de metotrexato incrementando las concentraciones plasmáticas del metotrexato y su toxicidad. No se recomienda el tratamiento con ácido acetilsalicílico en personas que tomen más de 15 mg de metotrexato a la semana.

La administración simultánea con algunos antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno y el naproxeno, puede atenuar la antiagregación plaquetaria del ácido acetilsalicílico. También puede incrementar el riesgo de úlceras y hemorragias gastrointestinales.

La administración concomitante con anticoagulantes, trombolíticos y otros inhibidores de la agregación plaquetaria puede aumentar el riesgo de hemorragia.

Junto con los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, puede aumentar el riesgo de hemorragia.

Los antiinflamatorios no esteroideos aumentan los niveles plasmáticos de la digoxina y puede alcanzar valores tóxicos.

La administración concomitante con dosis altas de insulina y sulfonilureas aumenta el efecto hipoglucemiante de estos fármacos.

Los diuréticos en dosis altas junto con el ácido acetilsalicílico, pueden disminuir la filtración glomerular por una diminución de la síntesis de prostaglandinas a nivel renal. Pueden dar lugar a insuficiencia renal aguda, sobre todo en personas deshidratadas, por lo que se aconseja una buena hidratación.

La administración simultánea de ácido acetilsalicílico con corticoides puede aumentar el riesgo de úlceras y hemorragias gastrointestinales.

Inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina y antagonistas de los receptores de la angiotensina II pueden reducir la filtración glomerular en conjunto con el ácido acetilsalicílico.

Junto con el ácido valproico, puede disminuir la unión a proteínas plasmáticas del ácido valproico e inhibir su metabolismo.

La administración de ácido acetilsalicílico junto con alcohol, aumenta el riesgo de hemorragia digestiva alta.

Junto con los uricosúricos, disminuye el efecto de los uricosúricos y disminuye la excreción del ácido acetilsalicílico, alcanzando niveles plasmáticos más altos.

El tratamiento con antiinflamatorios no esteroideos puede aumentar la nefrotoxicidad de la ciclosporina. También aumenta el riesgo de toxicidad de la vancomicina.

El ácido acetilsalicílico disminuye la actividad del interferón-alfa.

Los antiinflamatorios no esteroideos disminuyen la excreción de litio, aumentando los niveles de litio en sangre, pudiendo alcanzar valores tóxicos.

Los antiácidos pueden aumentar la excreción renal de los salicilatos por alcalinización de la orina.

El ácido acetilsalicílico aumenta las concentraciones plasmáticas de los barbitúricos, de la fenitoína y de la Zidovudina.

El metamizol puede reducir el efecto antiagregante plaquetario del ácido acetilsalicílico.

Uso en embarazo y lactancia

La inhibición de la síntesis de prostaglandina puede provocar efectos adversos durante el embarazo y sobre el desarrollo del embrión. Incrementa el riesgo de abortos y malformaciones.

Algunos estudios han demostrado toxicidad reproductiva durante el primer y segundo trimestre de embarazo, por lo que no se recomienda su uso, a menos que sea estrictamente necesario.

Tomar ácido acetilsalicílico durante el tercer trimestre de embarazo puede provocar toxicidad cardiopulmonar en el feto, insuficiencia renal que puede derivar en oligohidramnios, prolongación del tiempo de sangrado en la madre e inhibición de las contracciones uterinas, por eso está contraindicado en el tercer trimestre de embarazo.

Los salicilatos se excretan por la leche materna en pocas cantidades y como no se han observado efectos adversos en el lactante, normalmente no es necesario interrumpir la lactancia materna.

Efectos sobre la capacidad  de conducir

No se esperan.

Sobredosificación

En caso de sobredosificación se puede experimentar cefalea, mareos, zumbido de oídos, visión borrosa, somnolencia, sudoración, taquipnea, confusión mental, náuseas, vómitos y diarrea.

El tratamiento es sintomático, puede realizarse lavado gástrico y administración de carbón activado. En casos graves, se puede administrar suero intravenoso o hemodiálisis.

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Sobre la autora


Enfermera desde 2019. Actualmente trabajando en Hospital de Atención Intermedia. Máster en Atención Primaria y Oncología. Anteriormente TCAE en Cuidados Intensivos y hospitalización.



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